Memorial a las y los Jóvenes de los 80's

Nada ni nadie está olvidado

Luis Tamayo

Escrito por su hermano “Toñete” Tamayo, en entrevista de Jorge Beraud Zurita para el libro “Las Gloriosas JJCC Porteñas”

“…El Luchín andaba preocupado por otras cosas. Yo conversaba con el porque teníamos muy buena comunicación, a pesar de la diferencia de edad, yo no tenía la visión de lo que era hacer un trabajo social, de participar en un partido político determinado. Después del Golpe en el plebiscito del 78, ese cuando te cortaban la punta del carné, encontré en el velador un papelito bien humilde, escrito a lápiz, decía “plebiscito ilegal” y le pasabas la lengua porque tenía adhesivo. Yo muy inocente me lo llevo y lo pego en un volantín, me lo ve un vecino amigo y me dice, que como se me ocurría andar con eso, que me van a pillar, que lo esconda. Después el Guatón me explicó las cosas que hacía, cuales eran sus principios, la importancia de estos, ahí me di cuenta de las diferencias familiares, porque no somos una familia tradicionalmente de izquierda, estas ideas comienzan a entrar a la familia por Luchín. El con algunos amigos forman el grupo cultural Progreso, en donde participaba también gente mayor. Nunca me voy a olvidar de ese grupo. En la pieza nuestra había unas hojas en que aparecía América y una rayita apuntaba a nuestro país, con la palabra Chile, esta era una portada de revista. Este grupo cultural duró bastante tiempo, era muy organizado, hicieron muchas actividades respecto a lo que conducía a mi hermano en esos años, tuvimos muchas conversaciones muy serias en esa época, casi solemnes por lo que significaban para mí. Me daba temor el riesgo que llevaba mi hermano, por levantar banderas de lucha en contra de la dictadura, por justicia y libertad, que tu madre tenga edad para jubilar y aún tenga que trabajar. El Luchín siempre decía que la gente a cierta edad debía descansar y realizar otras actividades, que no fueran luchar por el sustento. Siempre recalcaba la necesidad de ser justo, pero en todo orden de cosas, como un principio de justicia, de ser correctos con todo el mundo. No recuerdo cual fue el año en que ingresó a las juventudes comunistas, pero si fui el primero de la familia en enterarme, el primer “canazo” de Luchín fue para un 1° de mayo, estuvo cinco días preso. Cuando mi papá va a verlo y le pregunta que necesita, el Guatón le dice que sólo la guitarra, para echar unos canturreos, que está bien, que no se preocupe y que el asume todo. Recuerdo otra marcha, un 1° de diciembre del 83, una época muy dura por la represión imperante, la concentración autorizada fue en el Parque Alejo Barrios, en Playa Ancha, el único orador era Gabriel Valdés, respetado por la izquierda como uno de los pocos DC que no se adscribió al golpe fascista del 73. El parque estaba lleno de gente, pero hasta ASMAR nos llegó la cuerda, porque ahí estaba el guanaco, las lacrimógenas, toda la represión policial y ahí nos perdimos todos. El Luchín llegó a la casa en la noche, con la manga rajada y un pañuelo al cuello, yo me pasaba la película y decía, la media “perso” para venir en la micro con todo rajado y transpirado, era la locura. En esta marcha participamos los dos, él con los pobladores y yo con los estudiantes. En la muerte de mi hermano, recuerdo que en la noche anterior, estuvimos en una fiesta en la casa de los suegros de mi hermana, en la población Estibadores, estuvimos conversando, nunca me olvidaré que el Luchín tenía miedo de que me pasara algo, yo ya militaba en esos años y él lo sabía, nos vinimos conversando hasta nuestra casa, había algo raro en el ambiente, nunca me he podido explicar, era como ansiedad, creo que era el reflejo de todas las cosas que se estaban viviendo ese mes de agosto del 84. Al otro día tenía un encuentro con una compañera, ahí en el corte entre Esperanza y Placeres, nos sentamos para el lado de Villa Berlín a conversar. De repente escuchar sirenas, vimos a los autos de la CNI bajando de Esperanza, se meten al corte hacia Placeres, pasan rápidamente, suben por Hamburgo y ahí se pierden. No sé que hacer, no se me ocurre nada, no sabía que pasaba. Más tarde me voy a mi casa en avenida Las Américas con Santiago de Chile, me encuentro con un amigo que me informa que la CNI había llegado a mi casa y se habían llevado a mi hermano y a mi primo. Me doy cuenta de que la casa está siendo allanada y me alejo del sector, para ver que pasaba subo todo el cerro de enfrente, veo 3 autos, no sé que hacer, no estaba preparado para enfrentar una situación así. Veo cuando esa gente baja con unas cajas de mi casa y me voy donde un compañero a Playa Ancha. Solamente al otro día, escuchando las noticias en la mañana por la radio, me entero de que han matado al Guatón. Después de lo ocurrido en mi casa ese aciago día, los chanchos de la CNI, interrumpieron en la casa para una supuesta carrera en taxi, mi madre “cacha” algo y no los deja entrar, siendo golpeada por los “cenetas”, ella le grita al Luchín y este arranca por la puerta trasera, hacia los vecinos. Mi otro hermano, que vivía en la casita de al lado, que entonces era marino y estaba en la Escuela de Ingeniería, ve que pasa algo raro, entra a defender a mi mamá, ahí mismo le pegan, lo encañonan y lo suben a la pieza, el Luchín alcanza a arrancar dos casas más allá, lo sacan de esa casa y le disparan en el estómago.
…Mi primo cuenta que lo detienen y lo llevan afuera donde estaba mi hermano recién tirado desangrándose, pero todavía vivo y uno de los tipos, con una pata encima le decía que si hablaba lo llevaban para que tuviera asistencia médica. Mi hermano, en una situación tan jodida, no dijo nada, no habló.
…es jodido, te sentís mal, hay una impotencia total, me costó años, muchos años y ahora cualquier mugriento con corbata me habla de reconciliación. Jamás podría pensar algo así, porque me tendría que negar yo mismo.
Al funeral no fui porque me andaban buscando, pero mi hermano que era marino vio el funeral desde su celda en el Silva palma. Me contaba que, había columnas y columnas de gente, todos a pie, era una verdadera romería. Los más viejos fueron en micro y el resto detrás del cortejo fúnebre. La gente del cerro fueron los primeros en despedir a mi hermano Luchín, mi hermano Luis, el Guatón, Luchín era buena onda, dejémoslo ahí nomas…